“Sobre
Venezuela se cierne una amenaza golpista, cuya antesala, o fase
previa, es la deslegitimización de la gobernabilidad de Maduro
mediante golpes mediáticos”
Por:
Percy Francisco Alvarado Godoy (Cuba)
Lo
dijo Nicolás Maduro, una perversa campaña mediática contra la
Revolución Bolivariana, se ha agudizado con el apoyo incondicional
de los grandes medios de comunicación, tales como CNN, Univisión,
Telemundo y otros, quienes manipulan los actuales sucesos
desestabilizadores en Venezuela y fomentan la indisciplina social,
tratando de impostar una crisis similar a la ucraniana en el país.
Maduro
no tuvo reparos en cantar la verdad ante el mundo, al manifestar:
"Los dueños de estos medios son unos empresarios muy vinculados
a los intereses del poder estadounidense y de la derecha venezolana.
Eso no hace efecto aquí en Venezuela porque nuestro pueblo tiene
grandes defensas contra la guerra psicológica, pero hace efecto en
el exterior para desfigurarnos".
Está
claro que sobre Venezuela se cierne una amenaza golpista, cuya
antesala, o fase previa, es la deslegitimización de la
gobernabilidad de Maduro mediante golpes mediáticos, que van
aumentando sus incidencias dentro de la guerra ideológica y sus
diversos discursos políticos.
Esta
guerra mediática ha ido perfilando un novedoso diseño, empleando a
figuras de la farándula internacional como grandes voceros de la
desinformación, quienes están vinculados a los grandes medios
televisivos y quienes son usados como replicadores del discurso
político anti bolivariano. El manejo de artistas de renombre
internacional, persigue sembrar en las grandes masas matrices de
opinión que forman parte del rejuego mediático, apoyándose en el
efecto que los mismos pueden ejercer sobre sus fans o seguidores. No
importa, desde luego, el grado de diversa o certera apreciación de
estas figuras sobre la realidad venezolana, su desconocimiento total
o no de esta realidad, su buena fe o no, pues muchos de ellos se
suman a campañas en las redes sociales y el mundo comunicacional,
muchas veces presionados por los compromisos establecidos con las
cadenas televisivas que los promueven y quienes se encargan de
mantenerlos en la dudosa cima de la popularidad.
En
los últimos días el mundo del espectáculo ha manifestado una
alineación con el discurso de los grandes medios opuestos a Maduro y
su gobernabilidad, usando diversos matices que van desde la simple
preocupación como ciudadanos hasta mensajes claramente
contestatarios e incitaciones a la desobediencia civil,
convirtiéndose en alentadores del golpismo y sostenedores de la
ideología violenta de la derecha venezolana.
De
esta forma, muchos artistas han sido usados dentro de la guerra
ideológica, sumándose a la batalla, olvidándose de aquel valedero
refrán que dice: "El camino del infierno está empedrado de
buenas intenciones".
Los
enemigos de Venezuela han sabido aprovechar las repercusiones de
hechos que vinculan a famosos y usarlos, calculada y bochornosamente,
como elemento desestabilizador y punto de partida para impostar
campañas anti gubernamentales encaminadas a la satanización y al
cuestionamiento. La antesala más cercana fue el lamentable
asesinato, en enero pasado, de la ex Miss Venezuela Mónica
Spear Mootz y de su esposo, Henry Thomas Berry, a manos de unos
desalmados y vulgares delincuentes a un lado de la carretera de
Puerto Cabello, en el estado de Carabobo. De inmediato se
manipuló el hecho criticando una supuesta debilidad del gobierno
bolivariano ante la criminalidad y se distorsionaron las cifras
relacionados con el enfrentamiento a la misma en el país. Nadie fue
capaz de reconocer que el enfrentamiento la violencia es
responsabilidad no solo del estado, sino que el mismo ha de
involucrar a la sociedad toda. Sin embargo, el barullo mediático fue
impresionante.
Este
vil asesinato sirvió para que los enemigos de Maduro,
particularmente los especialistas en guerra mediática de la CIA y el
Departamento de Estado norteamericanos, midieran el nivel de impacto
internacional de sucesos que involucran a figuras públicas de la
farándula y el mundo artístico en las grandes masas. Sirvió
también para diseñar nuevas estrategias para la manipulación
comunicacional como elemento de guerra ideológica y la ventaja de
involucrar de diversas maneras a artistas y prestigiosas figuras en
la misma, manipulándolos a su antojo y sumándolos a sus sucios
objetivos. Muchos de ellos, sinceramente, han sido también víctimas
de la desinformación, de compromisos con sus contratistas y, en
algunos casos, de un sincero apego a la solidaridad dentro del gremio
farandulero.
Todo
el terreno estaba preparado para atentar contra la vida de otra
figura mediática y emplear la violencia contra ella para desatar
conmoción, reproches, críticas y vil manipulación. Las preguntas
salen por sí mismas: ¿Quién estaba realmente interesado en el
asesinato de Génesis Carmona, joven y bella ex Miss Turismo
del estado central de Carabobo? ¿Beneficiaba realmente su lamentable
muerte al gobierno de Maduro y a las fuerzas del chavismo?
Evidentemente, no.
Las
respuestas al penoso incidente que segó no solo su vida, sino la de
otros venezolanos, ha sido punto de mutuas acusaciones entre el
gobierno y la derecha venezolana. Yo considero que las circunstancias
de la muerte de cada venezolano deben ser investigadas con eficacia y
diligencia, aplicando todo el peso de la ley a quien haya cometido
tal crimen. Sin embargo, la suspicacia me hace pensar que el
asesinato de Génesis fue perpetrado por elementos violentos de la
derecha, quienes la seleccionaron con anticipación, con vistas a
levantar un hervidero de acusaciones contra Maduro.
Génesis
fue escogida como víctima para ser asesinada y usarla con fines
mediáticos, como bandera para desarrollar una fabricada campaña
contra la Venezuela bolivariana. No cabe duda que los autores
intelectuales de este crimen, así lo habían diseñado. Luego se
encargarían de desarrollar el ataque mediático, usando a una
farándula consternada y de fuerte impacto comunicacional.
Una
a una se fueron sumando las figuras a la campaña mediática,
adoptando discursos políticos con diferente grado de polarización,
pero varios coincidían en deslegitimizar al gobierno de Maduro y
otros, simplemente, hacían un sincero llamado a la paz y a la
concordia. Madonna, Rubén
Blades, Calle 13, Rihanna y Jared Leto, decenas de reinas de belleza
venezolanas –quienes usaron las redes sociales con los hastags
#Misses4Peace, #SOSVenezuela y #missesporlapaz-, Ricky
Martin, Julieta Venegas, Carlos Baute, Ricardo Montaner, Juanes, Marc
Anthony, Chino y Nacho, Marco Antonio Solís, William Levy, Jencarlos
Canela, Gaby Espino, Luis Fonsi, Carlos Mata, Wilmer Valderrama,
Cher, Carlos Vives, Prince Royce, Chiquinquirá Delgado, Pedro
Moreno, Oscar D'León, Steve Aoki, Paris Hilton y otros.
Otros,
sin embargo, se alinearon contra la manipulación, como los casos de
los norteamericanos Oliver Stone y Danny Glover, quienes
desmontaron la finalidad golpista contra Venezuela por parte de su
país.
La
nueva modalidad de ataque mediático, elaborada por los grandes
medios de comunicación constituye un fuerte desafío para las
fuerzas revolucionarias en Venezuela. Confío en que muchas de estas
figuras comprendan la realidad de lo que sucede hoy y aplaudo la
convocatoria de Maduro al diálogo, no solo para aislar a los grupos
generadores de terror, sino para buscar, sinceramente, aquellas
coincidencias entre los venezolanos para poner fin a una innecesaria
violencia. Si la derecha no se suma al diálogo, demostrará cuáles
son, en realidad, su perversas intenciones.

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