Hace mucho tiempo, un vicepresidente del Gobierno llamado Alfonso Guerra compareció en el Parlamento para dar explicaciones sobre el presunto trato de favor concedido por la Administración a su hermano Juan.
Alfonso Guerra. Había entrado como sospechoso de corrupción, pero enfangó tanto el terreno acusando a sus acusadores que las tornas se habían cambiado, aplicando la técnica del ventilador.
Jordi Pujol en su comparecencia, siguió el manual de Alfonso Guerra. Siempre hay alguien que se empeña en que no se pierda la famosa frase de Samuel Johnson "El patriotismo es el último refugio de los sinvergüenzas".
En el plano judicial y penal, que nadie piense que Jordi Pujol se va a poner el solo la soga en el cuello. Eso le corresponde a policías, fiscales y jueces. Su credibilidad, arrogancia y desprecio por los diputados de la oposición confirman las acusaciones contra el no honorable Jordi Pujol.
Los catalanes, hemos sido testigos una vez más de revivir el caso de Banca Catalana, cuando el y sus directivos del banco fueron investigados por varios delitos. La respuesta del viejo no honorable es la de poner firmes a sus antiguos colegas de oposición los cuales se atreven a cuestionar sus explicaciones. Una vez más como en el caso de Banca Catalan el soberbio de Pujol intenta envolverse en la bandera y en la patria.
Yo no he sido corrupto, afirma el no honorable, se atreve a decirnos que tenía un proyecto que se llamaba "Construir Catalunya. No señor Pujol, su proyecto estaba bastante claro y este no era otro que sus hijos a través de su influencia como President de Cataluña, como hicieron Urdangarin y esposa con la influencia del abdicado Juan CarlosI. Tus hijos Jordi Pujolse han enriquecido creando múltiples empresas, a base de comisiones ya sean del 3%, 4% o 5%.
La acumulación de cuantiosos fondos en el extranjero por sus hijos nada tienen que ver sobre su dudosa herencia.
El escándalo de vergüenza protagonizado por el no honorable, responde de aquel patrón al que hay que perdonar todas sus fechorías, por sus buenas intenciones, como la del proyecto de Construir Cataluña. Más de veinte años amasando una fortuna en paraísos fiscales que niega, y lo más cachondo, le sale la vena del prepotente que fue y es, alzando la voz a los grupos de la oposición allí presentes y amenazando con tirar de la manta.
Una amenaza que lanza con segundas dando un consejo a los que quieren limpiar la corrupción de este país, el comentario del no honorable no tiene desperdicio "Si van segando la rama de un árbol, al final cae toda la rama. Pero no sólo cae esa rama, también caen las otras".
Cuando Alfonso Guerra entró en el Congreso con las cartas marcadas, con el tema de su hermano Juan, las acusaciones de corrupción quedaban camufladas entre los dos grandes partidos, los actores de ese circo corrupto no se tiraban piedras en su mismo tejado, todo era puro teatro, y nosotros la ciudadanía simples espectadores, tragando quina, donde nos la metían doblada y sin vaselina.
Ahora es el propio sistema el que está bajo sospecha, no un vicepresidente o un partido concreto. Si necesitábamos alguna prueba más de toda la porquería acumulada durante años bajo las alfombras del poder desde 1978, Pujol nos la ha cedido de forma muy poco honorable.
Es escandaloso, la de ladrones de guante blanco inmersos en la política que han terminado minando la confianza de los ciudadanos, y lo más grave, el trato de favor que reciben, solo caen cuando ya es prácticamente imposible mantenerlos.
Los ciudadanos, ya estamos acostumbrados a los miserables discursos de la clase política, donde pregonan día si y día también lo respetable que es su actividad, que la justicia es igual para todos, que los corruptos son los contrarios a su formación política, que hay que seguir teniendo confianza y no centrarse en "populismos". Lo que nos están transmitiendo, no es más que el régimen del 78 va para largo, es decir tragarnos con un embudo otros treinta y cinco o cuarenta años más.
La pregunta que yo planteo es la siguiente" Podrá el pueblo aguantar otros 35 años, o despertaremos de una vez cortando cabezas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenidas/dos.