Ideales...
A menudo pude advertir que la gente se pregunta con frecuencia: cómo
mantenerse joven, cómo ser feliz y cómo triunfar en la vida.
Pero nos olvidamos de sonreír y encontrar ese alto sentido del humor que
es necesario y que al parecer lo tenemos perdido.
Nos olvidamos que tenemos que tener un ideal que nos mantenga firme en
la lucha sin dejar de lado la esperanza, la ilusión, la fe y principalmente el
amor.
Nos olvidamos que ante la carencia de un ideal, andamos a la deriva y
empezamos a morir, y realmente cuánta gente camina muerta por ahí, y ni
siquiera lo sabe.
Cuando una causa de lucha está arraiga y fermenta desde lo más profundo
de nuestro ser, la gente por lo general considera a esa persona como poco
normal, y realmente es absurdo, porque sólo entienden esa locura quienes
comparten la misma pasión.
Es muy normal que esa causa de lucha, que es el motor de nuestra vida,
para muchos sea considerada como una obsesión y que estaríamos según ellos,
taladrando más fuerte que un tambor porque está vació por dentro. Nada más
Falso¡¡¡
Es cabalmente esa razón de lucha la que nos mantiene firmes en la vida,
como nos recuerda Mahatma Gandhi: “No tengo nada nuevo para enseñarle al mundo.
La verdad y la no violencia son tan antiguas como
las montañas. Todo lo que hice fue tratar de experimentarlas en la mayor escala
posible”.
Y lo hemos comprobado a diario que los que luchan
verdaderamente por un ideal de vida, tienen una impresionante capacidad
congénita de cambiar la amargura de la jornada con una sonrisa. Tienen la magia
de reforestar los desiertos de un corazón maltrecho, y eso realmente a mí en lo
particular me vuela la cabeza.
Es que su apasionamiento por la
vida es impresionante, aunque sean célebres luchadores de ayer, hoy con fuerza
reviven al máximo para demostrarnos que la razón de nuestra vida, es la que nos
impulsa incluso a morir por ella como
nos recuerda
Martin Luther King Jr. : “Si el hombre
no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir”.
María Eugenia
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