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30 oct 2015
Nuestra Madre Tierra está enferma: los pueblos del mundo reunidos en Bolivia para salvar al Planeta
“Inundaciones, sequías, deshiele, desertificación y hasta terremotos son apenas síntomas de una enfermedad que tiene nombre: SISTEMA CAPITALISTA”
Por: Dolores Arce (Bolivia)
La temperatura no deja de subir tras quinientos años de saqueos y depredaciones, vaciaron sus entrañas en pos de un supuesto “desarrollo” e industrialización desmedida e inequitativa. A la fase del colonialismo salvaje del viejo continente – quien construyó su desarrollo y riquezas a sangre y fuego – le siguió la era capitalista, con la ganancia y el lucro como fin en sí mismo, donde todos los seres de la madre tierra – incluidos los humanos – no pasan de la categoría de simples mercancías y el consumismo irresponsable e ilimitado pone en riesgo la vida misma en el planeta Tierra.
Pero la locura del sistema capitalista tiene como más clara expresión al peor engendro de la humanidad: Los Estados Unidos. País que lleva en su haber más de 100 intervenciones militares desde 1776 (año de su fundación). Ningún continente se libró de su voracidad, aunque sin lugar a dudas nuestra América latina lleva la peor parte.
A qué viene esta alusión, se preguntará Ud.
De muestra algunos botones, porque existe una relación directa entre el uso de armas de destrucción masiva y el calentamiento global. Así como entre las empresas transnacionales y la depredación.
6 de agosto de 1945: El piloto norteamericano Paul Warfield Tibbets lanza la primera bomba atómica - bautizada cariñosamente como “Little boy” - sobre la ciudad japonesa Hiroshima. 3 días después, otra bomba nuclear aniquila Nagasaki. Alrededor de 250.000 seres humanos son pulverizados instantáneamente por la nube nuclear, cuya onda expansiva y calor de hasta 100 millones de grados Celsius en su epicentro no dejan rastro de vida alrededor de decenas de kilómetros del impacto.
Al lanzar bombas, los efectos “secundarios” de semejante crimen de lesa humanidad son demasiados.
Las radiaciones siguen matando y causando malformaciones y mutaciones genéticas, cáncer y esterilidad, le sigue la lluvia radioactiva donde las partículas de cenizas y polvo empiezan a depositarse sobre la tierra, partículas que al ser ingeridas por vía respiratoria por los supervivientes (humanos y animales) causa estragos. La tierra contaminada se convierte en estéril, o si algo produce, la radiación ionizante contiene la muerte.
A las primeras dos bombas lanzadas en 1945, le siguieron más de 2000 bombas atómicas detonadas en lo que se denominan “pruebas”, unas en campos de tiros especiales para ellas y otras subterráneas. Más de la mitad han sido explosionadas por EEUU (1032) seguido por la ex Unión Soviética (715) Francia (210), Inglaterra (45) y China(45).
La onda de presión de explosiones subterráneas puede propagarse a través de la tierra y causar terremotos menores. La teoría sugiere que una explosión nuclear podría disparar rupturas de fallas geológicas y así causar un sismo mayor a distancias de pocos cientos de kilómetros del punto de impacto. Tenemos presente el terremoto de Haití del año 2010, con la terrible sospecha de una relación directa con las maniobras de la marina yanqui en su ensayo de “armas de terremoto” para usarse contra Irán. El trágico saldo: 300.000 seres humanos nuevas víctimas del imperialismo más que de la naturaleza enfurecida.
Otro efecto directo del lanzamiento de bombas es el debilitamiento y destrucción de la capa de ozono debido a la presencia de abundantes óxidos de nitrógeno en la atmósfera y por el propio calor de las explosiones, que se denomina “efecto invernadero” y que contribuye al calentamiento global. Aumentando la radiación ultravioleta del sol con sus consabidas consecuencias para la salud y vida en el planeta.
Hablemos ahora de la nueva faceta de las guerras desatadas por las potencias mundiales. Nos viene a la mente la famosa frase del Libertador Simón Bolívar, quien hace dos siglos ya pronosticó: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad.”Se equivocó solamente en una cosa: EEUU plagó no sólo a América, sino al mundo entero.
El uso de bombas de napalm y armas químicas es otro de los ejemplos donde invasión, guerra y destrucción masiva de toda forma de vida van de la mano. Entre 1955 y 1975 los Estados Unidos experimentaron con un herbicida llamado “agente naranja”, utilizado como arma de guerra en Vietnam. Aún a cuatro décadas miles de personas son víctimas de su rastro, con cáncer, leucemia y malformaciones genéticas en inocentes víctimas por efectos de la dioxina que es “genotóxica”. Se habrían usado unos 80 millones de litros en las selvas vietnamitas que vienen sumando a los 5 millones de asesinados durante la guerra. 80 millones de litros de veneno para una superficie de 330.000 km2, aunque el efecto por supuesto se puede considerar de desastre planetario. Frente a ese crimen contra la vida en nuestro planeta Tierra, la justicia estadounidense dijo en 2005 que el uso de herbicidas no podía ser considerado crimen de guerra….
Las armas químicas – en base a sustancias tóxicas - están clasificadas como armas de destrucción masiva por las Organización de las Naciones Unidas y su producción y almacenamiento está proscrita por una convención desde 1993.Lo que no impide su uso en la actualidad, como pasó en Libia y ahora en Siria. En realidad la industria de la muerte va de la mano con la industria de la “reconstrucción” de las áreas devastadas, lo cual favorece la economía del mercado sin escrúpulos.
Pero no solamente las guerras atentan contra la vida en nuestro planeta. El sistema capitalista ha engendrado también a otros monstruos que se nutren de la vida de millones de seres humanos y de la Madre Tierra. La deuda ecológica y climática son tan solo una faceta más de las otras deudas fruto del capitalismo: injusticia, hambre, inequidad, saqueo.
La esencia del sistema capitalista es la acumulación del capital en manos de pocos, además la economía del libre mercado y consumismo. Las fábricas contaminantes lejos de aprovechar la tecnología y conocimientos para productos de mayor duración o más ecológicos, lo hacen como material de desecho, porque ello incentiva la cadena de compra venta. La consiguiente acumulación de desechos – incluida la basura tecnológica – convierte a la Madre Tierra en un gigante basurero.
Hablamos de las empresas transnacionales, que en su afán de controlar los recursos naturales del planeta no escatiman métodos, desde la compra de conciencias hasta el uso de mercenarios y armas. Pese a los estragos medio ambientales causados por estas empresas, nunca son sentenciadas porque reciben la protección de los organismos internacionales, que a su vez obedecen a las grandes potencias mundiales.
Al respecto, la Mesa 4 de la II Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida en Tiquipaya se expresó en razón a la acción de empresas transnacionales y multinacionales:
“Repudiando la irresponsabilidad de las empresas multinacionales con respecto al caso de la hermana República de Argentina, donde la empresa multinacional canadiense Barrick Gold derramó 1.000.000 de litros de cianuro en la Provincia de San Juan provocando un irreparable daño a la Madre Tierra y causando la muerte de los seres vivos que la habitan.
Exigimos justicia por el desastre petrolero causado por Texaco, hoy parte de Chevron, en la amazonia de nuestra hermana República de Ecuador.
Condenamos la contaminación ambiental por el derrame de mercurio generada por la empresas minera Yanacocha en el departamento de Cajamarca en la hermana República del Peru.”
Desastres que podrían ser evitados pero no cuando prima la avaricia y lucro capitalista privatizador, que no es compatible con el uso de tecnología responsable y medidas de mitigación, reparación y o compensación de impactos ambientales como le requeriría una explotación racional de nuestros recursos naturales. No sorprende pues el surgimiento de métodos salvajes como el “fracking” aplicado por las petroleras norteamericanas hasta en su propio territorio, envenenando las fuentes de aguas subterráneas de las próximas generaciones.
Están también los organismos financieros que mantienen funcionando la maquinaria del sistema, mediante créditos condicionantes y un intercambio basado en la inequidad que llevan al endeudamiento inevitable de países y pueblos del Sur. Los fondos buitre que intentaron asfixiar económicamente a la hermana República de Argentina son apenas una muestra.
Después de siglos de saqueo, explotación, toneladas de armamento nuclear y químico, desechos industriales y derrames de toda índole, puede todavía sorprender a alguien el estado de nuestro planeta?
Las crisis humanitarias, oleadas de refugiados y tragedias de millones de seres humanos víctimas de saqueo, explotación y guerras son una lógica consecuencia del sistema colonialista y capitalista. Pero pese a su responsabilidad histórica, Europa lanza el grito al cielo e intenta cerrar sus fronteras, lo mismo que los EEUU.
El capitalismo llevó a una esquizofrenia y degeneración tal de valores al punto que balaceras en colegios, cines o iglesias son de lo más comunes en Estados Unidos.
Acciones desde los pueblos para preservar la vida en el planeta
Los pueblos del mundo reunidos en Tiquipaya- Bolivia del 10 al 12 de octubre de 2015, trabajaron en una propuesta consensuada para ser presentada a la comunidad internacional y a los gobiernos del mundo para preservar la vida y contra el cambio climático; como una respuesta urgente a un fallido sistema capitalista y modelo civilizatorio que son la causa estructural de la crisis climática en el mundo.
Casi 900 periodistas y comunicadores dieron cobertura a este importante evento, debatieron líderes sociales, autoridades y representantes de todas las latitudes. Estuvimos presentes también las Radios comunitarias y Radios de Pueblos Originarios, con una cobertura especial desde Tiquipaya.
Al finalizar, los 7000 delegados de 42 países entregaron las conclusiones del trabajo en 12 mesas que no solo identifican las causas de la crisis climática sino proponen soluciones y plantean compromisos.
Hacia la construcción de un nuevo paradigma del VIVIR BIEN, como un nuevo modelo que valore la cultura de la vida y de la paz, de armonía y complementariedad entre los derechos de los pueblos y los derechos de la Madre Tierra
La ciencia, los conocimientos y la tecnología deben orientarse hacia la no violencia, la vida plena y el vivir bien, sin destruir la naturaleza. Impulsar medidas y acciones en los países para el desarrollo de tecnologías limpias, el acceso e intercambio de conocimientos, y el uso y aprovechamiento eficiente de los recursos naturales para la mitigación de la contaminación ambiental.
Patrimonio común, se ratifica la lucha de los pueblos por la defensa de los bienes comunes, lo cual implica también la lucha contra las corporaciones transnacionales, donde los recursos son privatizados, saqueados y explotados. Se debe luchar contra las patentes y poner la tecnología al servicio de los pueblos
Desde la educación y la comunicación, se recomienda a los Estados fomentar y potenciar los medios de comunicación comunitarios y populares para enfrentar la concentración mediática, publicar y difundir masivamente información sobre investigaciones de la verdad de los daños y consecuencias de aquellas tecnologías que están al servicio del capitalismo causantes del calentamiento global. Generar políticas y programas comunicacionales y estrategias de sensibilización y educación social de los conocimientos, saberes y prácticas de los pueblos, promocionando programas de socialización en los medios de comunicación. La educación debe servir para de-construir las concepciones consumistas y depredadoras, concientizando a las personas individuales y colectivas e incorporando los conocimientos ancestrales y populares del vivir bien de los pueblos en la currícula de los distintos niveles educativos formales e informales.
Exigir el pago de la deuda climática: Demandar a los países desarrollados reconocer y pagar de manera integral la deuda climática, social y ecológica acumulada en el tiempo a los pueblos y países en desarrollo. Destinar los recursos de la maquinaria militar del Norte para financiar las acciones de los pueblos contra el cambio climático. Los fondos actualmente destinados a la muerte, al militarismo, la guerra y el Armamentismo tienen que estar destinados a fortalecer una cultura de la vida.
Rechazamos ser considerados como simples guarda bosques para el capitalismo de los países desarrollados, quienes pretenden constituir nuevos mercados de carbono a través de la constitución de un Nuevo Mecanismo de Mercado en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
Exigir la creación de un Tribunal de Justicia Ambiental, Climática y de la Vida, que castigue a los países que no cumplen con sus compromisos internacionales de proteger la integridad de la Madre Tierra, que tenga carácter vinculante para la determinación de responsabilidades, sanciones y reparación de los daños causados al patrimonio común
Declaración de la Madre Tierra: Proponer una Resolución que sea discutida en la Asamblea General de las Naciones Unidas que trabaje y recoja éstos y otros compromisos contenidos en la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra
Derecho humano al Mar para los pueblos: Agradecemos la declaración de la Mesa No. 6, que plantea Impulsar el acceso soberano al mar del pueblo boliviano, apoyando la demanda marítima en la Corte Internacional de la Haya para generar el espacio de diálogo que resuelva los temas pendientes entre los hermanos países de Bolivia y Chile.
ES HORA DE CAMBIOS PROFUNDOS
No cabe duda que la causa estructural del cambio climático y calentamiento global es el sistema extraccioncita, capitalista y consumista que en varios siglos de saqueos, explotación irracional, invasiones y guerras con armas de destrucción masiva ha atentado contra la sobrevivencia de la Madre Tierra. EL CAPITALISMO ES EL VERDUGO DEL PLANETA. Existen culpables y deben asumir sus responsabilidades con la humanidad y la Madre Tierra.
La solución parte por la conciencia de los pueblos del mundo en busca de un nuevo orden mundial, transformación sin la cual estaríamos viviendo el principio del fin. Generar una conciencia ambiental con responsabilidad social como forma de vida.
La lucha contra el cambio climático nos debe unir por encima de cualquier diferencia, porque el planeta tierra es nuestro hogar común. Una responsabilidad personal y colectiva para poner fin a un modelo absurdo de consumismo - donde todo gira en torno al dios dinero – para reencontrarnos con nosotros mismos y la Madre Tierra.
Implicará a nivel mundial la adopción de nuevas políticas públicas para preservar la vida, la búsqueda de tecnologías alternativas ecológicas como la solar o eólica y sobre todo compromisos vinculantes.
Muy pronto se llevará a cabo en Paris la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21, del 30 de noviembre al 11 de diciembre 2015) donde nuestros mandatarios Evo Morales, Rafael Correa y Nicolás Maduro junto a los presidentes que se deben a sus pueblos, serán los portavoces de estas propuestas con miras a un nuevo orden mundial que preserve la vida del planeta para nosotros y las futuras generaciones.
Propuesta a las Naciones Unidas: Decálogo para cuidar la Madre Tierra
1.- Adopción de un nuevo modelo civilizatorio en el mundo sin consumismo, sin mercantilismo, sin capitalismo, construyendo y consolidando un orden mundial para vivir bien.
2.- Construcción de un sistema climático basado en la responsabilidad con la Madre Tierra y la cultura de la vida para la realización plena de la humanidad en su desarrollo integral.
3.- Protección de los derechos de la Madre Tierra de forma articulada y complementaria con los derechos de los pueblos a su desarrollo integral.
4.- Defensa de los bienes comunes universales, como son los mares, océanos, el agua, el espacio atmosférico y el monopolio tecnológico, promoviendo el acceso de los pueblos al patrimonio común.
5.- Eliminación de las patentes de las tecnologías y reconocimiento del derecho humano a la ciencia y a la tecnología de la vida.
6.- Implementación efectiva por parte de los gobiernos en el mundo para que el agua sea un derecho humano.
7.- La constitución de un tribunal internacional de justicia climática para que facilite que los países cumplan con sus compromisos internacionales con el cambio climático en un contexto de respeto de los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra.
8.- Destinar los recursos de la maquinaria militar de las potencias imperiales y promotores de la guerra para financiar las acciones de los pueblos contra el cambio climático.
9.- Erradicación de la mercantilización de la naturaleza y los mercados de carbono que promueven millonarios negocios climáticos y no resuelven problemas de la crisis climática.
10.- Descolonizar los recursos naturales, de visiones coloniales ambientales sesgadas, que ven a los pueblos del Sur como guardabosques de los países del Norte y a las comunidades como enemigo de la naturaleza.
Hacemos nuestras las palabras de un jefe indio de nacionalidad Cree, quien dijo en Estados Unidos el año 1854:
“SÓLO CUANDO EL ULTIMO ÁRBOL ESTÉ MUERTO, EL ULTIMO RÍO ESTÉ ENVENENADO Y EL ÚLTIMO PEZ SEA PESCADO NOS DAREMOS CUENTA DE QUE NO PODEMOS COMER DINERO”
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