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Poniendo los puntos sobre las íes
Poniendo los puntos sobre las íes
“No se trata de cambiar
gobiernos, hay que cambiar el sistema”
Por: Hugo Orozco (EEUU)
Otra tragedia humana, otro crimen contra la humanidad se
desarrolla en nuestras narices, el llamado drama de los niños que huyen de las
flamantes democracias, otra vez los culpables son los gobernantes de los
estados fallidos de México, Honduras y Guatemala, esta vez acompañados del
gobierno de la izquierda domesticada en El Salvador, saltamos al pasado y
regresamos al presente continuo, el continuismo fascistoide, las castas divinas
enquistadas como cáncer maligno, plagas continuas, desde los albores de una
independencia que nunca existió, lo que estos países tienen en común son
estados fallidos, castas divinas y regímenes dictatoriales, en México desde
1940, año en que el PRI marca el fin de la era cardenista y da inicio a la
dictadura de partido que gobierna con fraudes, sangre y balas hasta la llegada
de Vicente Fox, del PAN que marca el inicio de la era del PRIAN, hasta el
actual títere Peña Nieto impuesto por la Corporación Televisa y el crimen
organizado.
En Honduras desde 1827 año del primer golpe de estado hasta
2009 fecha del último golpe de estado, contra el presidente electo Manuel Zelaya,
la imposición de los títeres Roberto Michelletti y Porfirio Lobo, hasta la
imposición fraudulenta del nuevo títere Juan Hernández.
En Guatemala el cáncer maligno de las castas divinas toma
total control de la finca en 1898, hasta 1944 año en que el gobierno
nacionalista de Juan José Arévalo hace tímidos intentos por transformar la
finca en País, seguido por el Coronel Jacobo Arbenz, a quien la CIA
estadounidense en alianza con sectores de traidores dan golpe de estado en
1954, imponiendo al títere Carlos Castillo Armas, desde ese pasado no lejano
hasta nuestros días esas castas fascistoides asociadas a militares traidores se
han encargado de sembrar el terror, el hambre , la miseria, la corrupción y la
impunidad.
En El Salvador desde 1841 la oligarquía criolla ha sido
dependiente, primero de los conservadores y liberales guatemaltecos que
proveían alivio básico y entrenamiento militar, el General Maximiliano
Hernández Martínez fue formado en la Escuela Militar Politécnica de Guatemala,
este General fue el responsable del asesinato de Farabundo Martí y de la
masacre de miles de campesinos indígenas en 1932, en la revuelta de Izalco,
siendo este capítulo de la historia salvadoreña el preludio de la guerra civil
que inicia en 1977 y finaliza en 1994, con un saldo de al menos 80 mil muertos
y miles de desaparecidos y el éxodo de un millón de salvadoreños hacia estados
unidos y la conversión del movimiento guerrillero a partido político, hoy en el
poder como una izquierda domesticada y supervisada.
Es en este contexto que se debe enmarcar el éxodo de niños y
jóvenes que hoy cruzan fronteras con la esperanza de escapar para siempre estos
regímenes dictatoriales y entreguistas que son los responsables directos del
atraso, el subdesarrollo y las condiciones semi-feudales, en las que tiene que
sobrevivir la mayoría de sus poblaciones sobre todo los indígenas.
El estado se organiza para afirmar la primacía de la persona
humana, el estado es el responsable de promover el bien común, es deber del
estado proveer la seguridad, justicia, igualdad y libertad, a toda la
población, es el estado quien tiene que
impulsar y supervisar la plena vigencia de los derechos humanos, ninguna
persona debe ser sometida a servidumbre ni esclavitud, ningún niño tiene que
ser sometido a trabajos de ningún tipo, la niñez, la juventud son las etapas
formativas del ser humano,
todo niño tiene que tener el derecho a la educación gratuita
y laica, a la alimentación, la vivienda digna y la salud integral, el estado
está obligado a garantizar la protección social, económica y jurídica de todas
las personas, después de lo anterior es más que obvio, que ninguno de estos
gobiernos están cumpliendo con sus obligaciones, por lo tanto es derecho del
pueblo exigirles su renuncia y si no acatan la decisión del pueblo, tiene
entonces este la potestad de recurrir a la ultima forma de lucha organizada que
es sacarlos por la fuerza, en una región que vive sumida en la más profunda
oscuridad, no se necesitan luces, lo que hace falta es fuego.
Estos dictadores, sus Embajadores y Cónsules tienen la
audacia, el descaro de demandar un trato
humano por parte de las autoridades de Estados Unidos a estos niños, cuando son
ellos los que los tratan como seres desechables, estos niños no huyen en su
mayoría para reunirse con sus familias,
estos niños huyen del hambre, la miseria, la violencia generalizada, la
corrupción y la impunidad, son millones de niños en estos países que no pueden
huir y terminan siendo parte de la prostitución infantil, el trabajo domestico donde
además, las jóvenes son violadas por el patrón o sus hijos y al resultar
embarazada es despedida y tirada a la calle sin la menor consideración, estos
niños huyen para no tener que decidir entre morir de hambre o unirse a las
maras, entre ser traga fuegos en las calles en medio del tráfico vehicular ante
la mirada indiferente de la mayoría de conductores, que de vez en cuando
arrojaran alguna moneda para apaciguar sus conciencias, o convertirse en
sicarios, luego piden mano dura contra la delincuencia, en estos países es
necesario erradicar el mal, el cáncer de raíz, no pensar en curarlo con alka-
seltzer, en otras palabras no se trata de cambiar gobiernos, hay que cambiar el
sistema. Por último solo me queda preguntarme qué pasaría, cuales fueran los grandes
titulares de prensa y programas especiales de televisión, cuales las columnas
de los miles de "periodistas" si esto estuviera aconteciendo en Cuba
o en Venezuela. Creo que sería algo más o menos así: seres inocentes huyen de
la tiranía castrista, terminarían sus columnas pidiendo la invasión militar por
parte de Estados Unidos, para salvar las vidas de miles de inocentes.
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