ESTADOS UNIDOS FRENTE A SU ÚLTIMA EXCRECENCIA: EL ISIS

“Estados Unidos, Francia y Reino Unido pusieron en marcha ese club llamado “Amigos de Siria” dedicado a la injerencia en ese país y al apoyo de las bandas armadas. Rusia, ha pedido estos días ayuda urgente para defender Siria. Verdaderamente la está necesitando. Tanto como el mundo necesita un Tribunal Penal Internacional independiente”

Por: Purificación González de la Blanca (España)
Ojos para la Paz

Estados Unidos lleva padeciendo múltiples fracasos en sus intervenciones internacionales, es decir en sus guerras, en las que no ha podido sacar demasiada tajada del petróleo y el gas. Se fue de Afganistán pero tuvo que volver de nuevo, con miles de mercenarios más; dejó Iraq pero regresó, ahora de la mano de su última excrecencia (en calificativo de Muñoz Gamarra): el “Emirato Islámico de Iraq y Levante”, ISIS o Daesh, lanzado ya contra Siria, que es su objetivo último; entró a saco destruyendo Libia, pero ahora anda en conversaciones con las bandas armadas de Libya Dawn y los terroristas Abdul Hakim Belhadj y Abu Obeida (de Al Qaeda e ISIS) para “buscar una solución a la crisis libia” que les permita apropiarse del petróleo. Deliberadamente ignoran al legítimo gobierno libio, el de Tobruk, en el que participan las tribus, el Movimiento Nacional Popular Libio y los militares, excluido de la mesa de negociaciones sobre el futuro de Libia. Estados Unidos no desea que Libia resurja de sus cenizas y cuente con un gobierno que pretenda administrar su petróleo.

En Siria vienen fracasando estrepitosamente desde hace más de cuatro años, ya lo hemos comentado en anterior artículo. Han ido tensando la cuerda contra Siria, pero las distintas estrategias emprendidas le han fallado. Sancionaron a Siria con un bloqueo económico y comercial que no sirvió de mucho; invadieron Siria de mercenarios, entrenados, armados y financiados por los países de la OTAN y sus socios del Golfo, dedicados a cometer asesinatos, voladuras de autobuses, de infraestructuras, matanzas de colegiales. Pero el gobierno se mantuvo firme; Estados Unidos, Francia y Reino Unido pusieron en marcha ese club llamado “Amigos de Siria” dedicado a la injerencia en ese país y al apoyo de las bandas armadas, pero poco sirvió a sus fines; crearon un denominado “Observatorio Sirio de Derechos Humanos”, que es en realidad un individuo llamado Rami Abdel Rahman, perteneciente a los Hermanos Musulmanes, que vive en Londres e inventa muertos "del régimen", al que nadie toma en serio; enviaron dos misiones de observadores internacionales, que no pudieron constatar nada en contra del gobierno sirio; acusaron al propio Bashar al Assad de emplear gas sarín contra su población y la Comisión de investigación de la ONU sobre Siria, presidida por Carla del Ponte, confirmó que eran los rebeldes sirios quienes utilizaron ese gas, y no el gobierno; convocaron varias veces al Consejo de Seguridad de la ONU y a la Asamblea General en sus intentos de que condenaran a Siria y autorizaran una operación similar a la de Libia, pero no tuvieron éxito, como tampoco lo tuvieron las conferencias de Ginebra.

Todo ello mientras desde Israel han continuado agrediendo a Siria con bombardeos, al igual que a Gaza, y mientras la campaña insidiosa orquestada contra Siria –a la que etiquetaron de “régimen”- se mantiene con todos los medios de propaganda al unísono.

Desde que en 2003 descubrieran en ese país grandes reservas de petróleo, y mayores aún de gas, Siria se convirtió en objeto de codicia para los Estados Unidos. Ya no había duda alguna de que urdirían alguna estrategia de ataque.

Pero no se trata solo de petróleo y gas, de los que Siria posee grandes reservas. La desestabilización de Siria supone una baza importante para Israel, siempre agazapado tras los acontecimientos. Además, en Tartús (Siria) se encuentra la única base militar que Rusia mantiene fuera de sus fronteras, por lo que atacar a Siria es también atacar a Rusia. Al mismo tiempo se impediría la construcción del mega-gaseoducto Irán-Iraq-Siria, que cuenta con inversión ruso-iraní e iba a exportar el gas a Europa, lo que afectaría no solo a Siria y Rusia sino también a Irán y a toda Europa.

¿Qué hacer ante la heroica Siria, que no se doblega y resiste tantas y tan continuas acometidas?

La respuesta está en la creación por la CIA, el Mossad y el MI6 del "Emirato Islámico de Iraq y Levante", ISIS o Daesh, que han lanzado contra Siria, junto con los aviones de los EE.UU., que llevan ya meses bombardeando infraestructuras en Siria (refinerías de petróleo, puentes, carreteras, presas) con el pretexto de "combatir el terrorismo" que ellos crean. Su actual líder es el mercenario del ejército estadounidense Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrei, de origen iraquí. Tratan de engañar al mundo con una nueva organización terrorista, a imagen y semejanza de otras creadas por ellos: Los llamados “talibanes”, Al Qaeda, el Frente Al-Nusra, Boko-Haram, Al Shabab…Cada una en función de los intereses del momento. Pero en este caso Estados Unidos, que alimenta al ISIS en compañía de sus socios de Arabia Saudí pide ayuda para combatirlo. La propia Hillary Clinton ha reconocido en una reciente entrevista que crearon el ISIS…pero se les ha ido de las manos ¿A qué juegan?

Son numerosas las denuncias –con fotos incluidas, en algunos casos- que prueban el abastecimiento de armas a las bandas del ISIS por aviones de los Estados Unidos. El ya mencionado Muñoz Gamarra define al “Emirato Islámico” como un engranaje del ejército estadounidense. Pero al mismo tiempo, este país está armando y apoyando a lo que llama “oposición moderada siria”, que ahora llaman Coalición Nacional Siria (CNFROS), pero que no es otra cosa que Al Qaeda, también apoyada por Francia, con el objetivo de derribar al legítimo gobierno de Bashar al Assad. Es la teoría del caos absoluto, que tratan de extender por todo el mundo, la tesis que mantiene el profesor Jorge Beinstein.

Rusia, ha pedido estos días ayuda urgente para defender Siria. Verdaderamente la está necesitando. Tanto como el mundo necesita un Tribunal Penal Internacional independiente.